Uno espera actitudes y reacciones del otro en función de lo que dice sentir.
Hasta que un día, uno deja de esperar y decide atesorar en el alhajero esas vivencias como de las mas lindas, para poder seguir adelante, tras la búsqueda de un otro que se anime no solo a sentir y expresar, sino también a vivenciar frente al mundo.
Cuando amamos no existen los "peros", esos cochinos borradores de conceptos que los preceden, inhabilitan todo. Un "te amo, pero..." no es una forma de expresarse sobre el amor, sino un atajo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario