Viajamos, conocemos nuevos lugares, culturas, costumbres e historias y nos vamos preparando fisica y mentalmente para volver.
He extrañado un puñado de seres queridos y me he reconocido una vez mas en esta condición de nómade que siempre he percibido.
Necesito pocas cosas materiales, las que mayormente cabrian en una valija. De no ser por ese puñado de amores, seria un clavel cósmico del aire. No hay otro motivo que me ancle, ni a un sitio, ni a la mismisima Tierra.
Los lugares y las gentes (como dicen mis hijos), son lugares y gentes en todos lados; no hay mas, no hay menos.
Hay luna y sol en ambos hemisferios. La tierra rota y muestra sin egoismo sus magias estelares en cada centimetro de su ser y para quien quiera verlas.
He abierto la puerta de conexión con el universo al iniciar este viaje, es menester ahora entornarla para mi regreso.
Dicen, los que saben, que tener el portal abierto en todo momento, es una exposición innecesaria.
Namasté Londres. Namasté.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario