Vivimos generando y/o participando en interacciones asimétricas. Hacemos, omitimos, rompemos, sanamos vínculos.
Podemos escuchar o decir: "las cosas me sucedieron", "no pude manejarlo", "fue mas fuerte que yo", "no lo hice a consciencia", "no medi las consecuencias".
También podemos escuchar o decir: "lo siento, fui egoista y te lastimé, no importa si medi o no las consecuencias, ni todas las explicaciones que pueda dar para justificar mis actos, lo que hice rompe un código de respeto; que puedo hacer ahora para demostrar que aprendi esa experiencia?"
También podría suceder que uno sienta que de forma despareja, sea el que tiende a ser tolerante, a dar el primer paso, a ser comprensivo; y/o, a hincharse las bolas de hacer todo eso cuando percibe del otro una actitud de esfuerzo "menor".
Uno puede esperar mucho del otro y no siempre las cosas suceden como uno quisiera.
Puede pasar todo eso, nada de eso, o cualquier otra cosa.
En toda esa maraña dinámica, a mi lo que me resulta mas sanador es, sentir que he hecho mi mayor y mejor esfuerzo; y en la medida de mis posibilidades, no poner en un lugar incómodo a terceros que, por compartir afectos, pueden sentirse responsables de ayudar.
Yo hago mi parte, pongo todo de mi, me comprometo a eso, lo que haga o deje de hacer el otro me excede, y al mismo tiempo, me permite elegir.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario