Ultimamente siento una oleada de conexión con todo lo que sucede al punto a veces de percibirlo más de lo que quisiera. Tengo alérgias que nunca tuve, sarpullidos, dolores de cabeza y estados nauseosos en ciertos entornos.
Ultimamente mi cuerpo pide que le de input de información cósmica, sobre el manejo de la energía y sobre temas que aún no llego bien a comprender. Así fue como se me ocurrió iniciarme en el primer nivel de Reiki a través de un curso casi personalizado, en el que empecé a comprender la dinámica sobre la meditación enfocada a los chakras, y en el que por primera vez en mi vida me hablaron en persona y amorosamente sobre el aura.
Me enseñaron ejercicios para practicar y comenzando por uno en algún momento quizás, tener la posibilidad de verla. Luego investigué navegando un poco más sobre el tema, y parece ser que la mayor parte de las veces uno primero accede a ver un doble contorno sin color o transparente y luego de practicar, sus colores.
Hoy a la tarde estaba sentada muy relajada en el sillón, acariciando a la gata y practicando dejar la mente en blanco, intentando estar en el presente, en el ahora. Tomaba agua de un vaso repleto de hielos y pensaba, ahora estoy acariciando a la gata, ahora estoy acariciando la gata, ahora...comencé a sentir un hormigueo en la mano derecha e hice el intento casi risueño, porque no daba ni dos monedas por su éxito, de ver más allá de lo evidente...
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