martes, 20 de abril de 2010

Al noreste de Miami







Palm Beach es a los millonarios en actividad lo que Naples es a los retirados. Hay grandes caserones que al cruzar la calle que bordea la costa tienen su pileta y playa privada.

También hay una playa municipal a la que concurren mayormente los hijos de los adinerados habitantes, con sus mallas estilo surf, guitarras, heladeras con latas de bebida y mucho jolgorio.

Allí nos encontramos a Poncharello, nos dijo, “ió peldí peso, con rediuce…”.

También podés encontrar infinidad de galerias hermosas en las que existen pequeños cafés, lugares muy afrancesados con dos o tres mesas o restaurantes con piano de cola, y lo asombroso es que pese a que el público no posee problemas económicos, los precios eran muy accesibles hasta para dos ratonas como nosotrás!

Ah!, y allí una foto del “jayti” como lo llamaban en inglés, nuestra pequeña casa rodante de lujo -pedimos un económico pero como no había nos dieron un mediano a tarifa económica-, porque te digo que un día la besha apretó un botón pensando que por el dibujito era el desempañador del parabrisas y:

- Boluda!, que apretaste?, se me está calentando la espalda y el culo!, que lindo, con este fresquete!
- Me parece que vos estás flasheando
- No, te juro que se está calentando el asiento, bueh, como sea, si es un flash, me encanta, dejalo así que está barbaro!

1 comentario:

Adriano dijo...

alquilaron un coche policial? buenísimo! jaja qué piloto y copiloto por favor!