martes, 7 de septiembre de 2010

El todo de la cosa

Hoy fue mi dia de grupo terapéutico, a media máquina porque sigo arrastrando un vestigio de “en cualquier momento me enfermo pero como no me termino de entregar sigo adelante”.

Y como siempre me pasa salgo de allí levitando a unos centímetros del suelo y repreguntándome y recontestándome cientos de cosas.

Por ejemplo hoy volvió a surgir esta cuestión de que existe la creencia, social, popular, de que ciertas acciones son las correctas y ciertas otras no. Suele decirse que la acción es lo correcto y la inacción o en algunos casos la denominada pasividad, recibe un sinfín de críticas de connotación negativa.

Así es como una parte se cree que el resto de las partes tienen que ser como ella.

Algo falso y muy simple de comprender en cuestiones biológicas. Pensemos en el corazón asumiendo que se trata de un músculo que necesita contraerse y relajarse para ser funcional entonces, podrá la sístole -contracción- vivir sin la diástole -etapa de relajación-?, no, la respuesta es clara, una etapa necesita de la otra, se integran.

Un proceso podrá variar en intensidad, velocidad o lo que sea del otro, para eso existen los matices, pero se necesitan mutualmente. Así es como ninguno podrá ser el más importante porque no son algo independiente.

Somos parte necesaria de un todo…

1 comentario:

Flor dijo...

La actividad puede ser patológica y la inactividad, saludable.

He dicho.