Tiempo atrás sentía percibir cláramente la realidad de muchos de los que me rodeaban y sentía también, por ese motivo, que tenía la obligación de transmitírselos.
Así fue como muchas veces me gané el título de soberbia, pese a que el tiempo demostrara que estaba en lo cierto.
Gracias a una serie de hechos recientemente concatenados descubrí que mi actitud, pese a ser bien intencionada y acertiva en cuanto a contenido, podría no encerrar el mejor modo y lo mas importante, no contemplaba el hecho de que la otra persona no había pedido mi opinión.
Por lo que decidí implementar el funcionamiento de un modo de ahorro energético. Te caigo cómo el culo?, te doy la posibilidad de charla, así y todo decidis seguir maltratándome?, me va a chupar un huevo. Veo algo en el otro que podría perjudicarlo en si mismo o en sus vinculos afectivos pero no me preguntó que pienso?, no le digo nada. o me pregunta que pienso y no tengo ganas de invertir energia en eso?, no la invierto.
Hoy día bailo mi propia sintonía, no la de los mandatos, no la de la queja y la necesidad del otro. Hoy bailo cómo, cuando, dónde y el tiempo que yo quiero.
No pregunto. No opino.
Hoy, bailo sola.
2 comentarios:
Acertada desición. A los semejantes no les gusta que opinen sobre sus vidas, nadie acepta la critica.
Cariños.......
Gracias Oriana...una va explorando por la vida...
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