El regalo

Gracias a la modernidad ahora en la lista de teléfonos de los compañeritos del jardín también se incluye el e-mail.

Por eso debuto con la novedad de recibir en mi casilla las cadenas de mails sobre regalos varios, los cumpleaños de las “seños”, los del día del maestro, los de la primavera jardineril, los del señor jubilado que abre la puerta, los del flato que se tiró el lunes el director, los…

Son mayormente de madres, ahora que lo pienso deben ser exclusivamente, de hecho hasta ahora no apareció ni un solo especimen masculino opinando, entre nos creo que se lo morfan crudo, en el sentido que se-te-o-cu-rra.

La cuestión es que nadie define, que si es buena idea juntarnos para la compra con el dinero, que quien lo junta, que quien lo compra, que si en sobrecito cerrado en el cuaderno cual coima al senado y, de nuevo entre nos te digo, que no sirvo para eso.

Lo digo yo para no perder el tiempo y sanseacabó, soy una mala madre, nunca, pero nunca de los jamases esperes de mí que sea la que se ocupa de eso. Lo tengo tan asumido que sin conocerles la cara le dije a una tal G que me parecía genial su iniciativa, que se ocupe de la colecta y concrete la compra, claro, no con esas palabras, utilicé los vocablos divinor, amorosa y misceláneos.

Y listo, un problema menos.