Fui a ver “Un cuento chino”, la última película dirigida por Sebastian Borensztein.
Claramente creada para el circuito comercial pero; me pareció un producto brillante: tiene una fotografía muy cuidada, gerneradora y transmisora de clima, un sonido y musicalización muy adecuado para cada momento, buen reparto actoral, buen guión, simple, creible, aparente bajo costo.
Cuidada, no pretenciosa. Redonda.
Me gustó mucho. Es de esas películas que tocan la fibra sensible, a fin de cuentas, nadie está exento de toparse con la trama de azar.
BTW, el otro día él me dijo dos frases, “el dinero es un vehículo” y “claro!, yo también duermo con mi gatita!”. Me enternecen los hombres que duermen con sus gatitos, encuentro allí una veta de sensibilidad conmovedora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario