- Pero cómo es que se puede sustentar una cosa con negarla?
- Es la ley de la vida, señora mía. El cuerpo vive porque se desintegra, sin desintegrarse demasiado. Si no se desintegrara segundo a segundo, sería un mineral. El alma vive porque es perpetuamente tentada, aunque resista. Todo vive porque se opone a algo. Yo soy aquello a lo que todo se opone. Pero, si yo no existiera, nada existiría, porque no habría nada a qué oponerse, como la paloma de mi discípulo Kant, que, volando al aire libre, juzga que pdría volar mejor en el vacío
La Hora del Diablo. Fernando Pessoa.
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