Tuve, dias atrás, el siguiente diálogo con un niño que es un amor:
- y que fue lo que mas te gusto de Disney?
- la montaña rusa, habia una asi de grande!!
- asi?, como gigante?
- si, y además me gustaba que estaba Frankestein y Drácula?
- pero era en Disney?
- si, pero no, era en un cementerio con muchas lápidas y calaberas de Halloween!
- aaaah!, ya entendi!!! Y habia gente muerta, mucha, y sangre por todos lados y eran un montón de Dráculas todos gritando y asustando gente... Terrorifico, no? (Debo confesar que yo ya le estaba encontrando el gustito lúdico a la cosa)
- si!!! Pero entonces, conoces el lugar? (Respondió abriendo grande los ojos), y unos alien, pero teniamos bombas para matarlos, un alien que moria...
- bombas y mas bombas explotando...
- si, bombas
- si, bombas...
Como no conocer esa montaña rusa?, si es la que cotidianamente nos muestra las dos caras de la moneda: el deber y el querer.
Sin ir mas lejos, deberia haber comprado un regalo para alguien que adoro, la fecha lo ameritaba, pero, por primera vez en muchos años, no tuve el deseo de hacerlo, no estaban dadas las condiciones para tenerlo.
Cuanta tristeza.
Hoy tuve mas ganas de bombas que matan aliens que explotan desparramando su sangre verde en el espacio, que de comportamientos civilizados.
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