miércoles, 6 de enero de 2010

Vértigo

La vida es un misterio.

Estos últimos días he estado muy dispersa, quizás disgregada, ¿disociada? Me cuesta pensar, mantener el hilo de una idea.

Mi cerebro se asemeja a una fractura con pérdida de continuidad.

Me veo ingresando a averiguar el precio de un auto a una concesionaria y me parece estar viviendo una película de ciencia ficción.

Al mismo tiempo me maravillo con los diálogos que está empezando a sostener Lucía, jugando a hacer de madre y yo de hija, dándome la comidita en la boca y diciéndome que no me manche la remera porque si no “se pudre todo, eh?”; o Nico, contándome historias en donde él también hace de padre y yo de niña, o pidiéndome que le enseñe a bañarse sólo.

Me encuentro inflando yo misma una pileta en el balcón un sábado a las nueve de la noche o decidiendo quedarme para la noche de fin de año en mi casa, con mis pichones, los que a las once ya estaban entregados a Morfeo y yo, copa mediante con bebida espumante, sentada en el balcón… o quizás valdría decir suspendida en el éter, observando los festejos que ocurrían en ese instante en otros hogares.

Por momentos me pregunto el qué, el cómo y el cuándo, bueno, estoy siendo benévola, en realidad es por momentos, que no me lo pregunto.

Sí, la vida es misterio, movilización, vértigo…

5 comentarios:

delivery post-crucifixión dijo...

Yo pienso y siento las mismas cosas. Me alegro saber que hay gente como vosa la que también les pasa eso.

Besote
R.P.

PD; cuando estés en el concecionario entrá a los autos y llená al vendedor de preguntas. Mirá los modelos que mencionaste. Fijate las comodidades que tienen y que cada vendedor te anote todo en relación a los modelos y los precios. Asesorate bien.

Maga h dijo...

La vida es una copa de tu espumante, hay que saberla tomar en el momento oportuno, a la temperatura justa, en la compañia adecuada, uno suele serlo, y antes de que pierda burbujas...
así sabe bien y se disfruta!!

Chin chin!

Maisa dijo...

Claro, esas preguntas son cotidianas.

Cuando no nos las hacemos, es porque estamos sumergidas en la rutina o porque estamos pasándola bien.

Porque también la pasamos bien.

Y en esos momentos también nos preguntamos cómo? cuándo? por qué?...

Memily dijo...

ah siiiii, me identifique mucho con este post, mucho, besos

Marcela dijo...

No tengo nada que decir..... terrible representacion de la vida misma que llevamos