Vivimos en la era de la disponibilidad de datos.
Hace un par de años atrás cualquier paciente iba al médico y acataba sus indicaciones asumiendo que tenían frente a ellos a la eminencia que más sabía sobre temas médicos, siendo sus palabras, indiscutibles.
Hoy día un médico se enfrenta mayormente con pacientes que porque vieron algo en internet se sienten habilitados a opinar sobre diagnóstico, tratamiento y semiología de cualquier enfermedad.
Algo fabuloso para todo médico al que le gusta que sus pacientes sean proactivos, pero bastante rompe bolás cuando lo llevan al extremo, casi con actitud querellante.
Vivimos invadidos de información con apenas tiempo para procesarla, internet se va transformando -intencionadamente o no- en una nueva deidad.
Con ustedes, internet, el nuevo Dios del universo. Lo único que lo diferencia de todos los conocidos hasta el momento es que para "ser" necesita de una fuente de energía que lo haga funcionar.
Pero ese, parece ser sólo un detalle.
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1 comentario:
cool!
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