(esperando en la guardia oftalmológica)
- Sra. W!
- Si, soy yo, buenas tardes
- Buenas tardes ¿por qué vino?
- Porque me levanté con lagañas, tengo fotofobia y bla bla, todo me hace pensar en que podría tener una conjuntivitis
- Si pero pequeño detalle, tendría que tener los ojos “rojos”
- Si tuviera los ojos “rojos” no necesitaría venir a la guardia para hacer el descarte, a esa altura hasta el almacenero de la esquina mirándome a tres metros de distancia me haría el diagnóstico!, so, ya estoy acá y de todos modos es una revisión que vos deberías hacerme de rutina, ¿podés por favor mirarme con la lámpara y la lupa?
- A ver, mmmh, aja, mmmh, el otro ojo, apoye el mentón, mmmh, ajá… si, es una conjuntivitis… le voy a recetar.
Evidentemente no tengo cara de médica y detesto decirlo cuando voy a hacerme atender por algo mío, así que no es opción, ni lo menciono.
Pero más detesto que se pongan en el lugar del sabeloto canchero y te ninguneen, aunque sea podrían dar el beneficio a la duda.
Ay, ay, ay, la generación de los matriculados arriba de los 100 mil, me hace sentir que por tener otra filosofía de la profesión ya pertenezco a otra generación de facultativos.
En ésta ocasión parece que aplicaba la frase “ojos que no ven…”.
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3 comentarios:
muy cierto se creen los muy medicos los tontos!
jjjaa, aunque mucho no da para reirse, algunos son de terror, con otros me saco el sombrero. Como en todas las profesiones, creo. Pero para mi, la salud es cosa seria... Si vos decis q hay varias filosofias...
yo estoy con conjuntivitis too.
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