Uno de los momentos más lindos de viajar es pensar en la planificación.
La potencialidad de cambiar de destino hasta definir el deseado. La variedad de programas, excursiones, modalidades, formatos, tiempos, extensión y ¿por que no?, de costos.
Los diferentes climas, idiomas, culturas e idioscincrasias.
Uno de los momentos más lindos en una relación sucede cuando el otro espontáneamente se acerca a conocer tu mundo. Lo tenía que exteriorizar, aunque no tenga que ver con viajar.
O sí, de algún modo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario