Tenemos diferentes grados de conciencia de la trascendencia de lo que decimos.
Hacemos registro de lo gestual, el tono, el modo y palabras que utilizamos en algunos casos -seres queridos, niños, personas en estado de vulnerabilidad- pero, también es válido decir que lo hacemos porque conocemos la realidad del otro.
En la comunicación virtual entre seres desconocidos, la “cosa” se complica. Y si bien es cierto que algunas palabras, son más que elocuentes, la gran mayoría -pensemos que aquí no hay gestos, tonos de voz, etc-, quedan sujetas a la libre interpretación.
Aquí quizás cabría la frase: “sabemos cómo comienza pero no como termina”.
Posteo -escribo, digo, etc- en la infinitud e inmediatez de internet, y vos estas en Kamtchatka leyendo mis pensamientos, puede que no te conozca, pero en este instante estamos juntos, compartiendo "algo", que podría llegar a estar movilizando "algo".
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2 comentarios:
To-tal-men-te. Me sigue asombrando la sincronia, la empatía que muchas veces produce. La libre (o errada)interpretación también es válida, puede dejarte ver otra cara de la moneda no vista. Además, esta especie de engranaje que permite que un pensamiento mueva otro, al infinito, una idea generando otra idea y se produce el "continius movimientus". Energia! :)
Lo inesperado, al menos para mí que descreía un poco, fue lo increíble de los ENCUENTROS... escribir y leer y notar la sintonía que alcanzás con totales extraños de otras ciudades del país, o inclusive gente en otros países. Que logran apropiarse tus palabras y vos las de ellos, a pesar de estar totalmente desprovistos de gestos-lenguajes corporales-guiños-tonos-etc.
Qué maravilla, no?
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