Parte del postquirúrgico

Madre tiene hormigas en el culo y por estar recientemente operada de su pie izquierdo, el que para más datos no puede apoyar, está más inquieta que nunca.

Parece ser que quiso utilizar la silla de la computadora para trasladarse dentro de su hogar y así, haciendo huevadas -no se me ocurre otro término mejor-, casi se cae al piso, hecho que no sucedió porque se apoyó sobre su pie, en cuál pie dice Ud.?, efectivamente, sobre su pie izquierdo.

Lo que requirió que un radiólogo viniera a domicilio para ver placa mediante, si los tornillos y otros elementos estabilizadores continuaban en su lugar.

Madre sabe, al igual que un perro que se haya comido medio zapato de Riqui Sarkani sin el consentimiento de su dueña, que se mandó un moco, así que comunicó la noticia una vez consumada y controlada.

No quería preocuparte más, me dijo con la placa en la mano, ¿la podrías mirar?. Lo que me llevó en cuestión de segundos a transitar por diferentes estados, creo que los ojos se me inyectaron de furia porque madre se quedó calladita en el molde esperando a que fuera yo la que tuviera más derecho a emitir el siguiente vocablo, y madre no acostumbra a ceder ese lugar.

Resumiendo, parece que los elementos metálicos siguen en su lugar, madre cuenta ahora con una silla de ruedas y yo, con el único y egoísta objetivo de mimarme, estoy buscando una linda obra de teatro para ir a ver este fin de semana.

Pensaba en “Contrapunto” con L. Sbaraglia y P. Soriano, ¿alguien la vio?.