Mi galaxia

Hace unos meses hice enroque de habitaciones. Así fue como en la pared que ahora es la de la cabecera de mi cama -antes la del costado de la cama de los niños-, podía observarse un antiestético panel de mica amurado, que ésta mañana decidí sacar.

Lo que dejó visiblemente expuesta la mugre que se acumuló debajo de él. La que pacientemente intenté limpiar. Pero cómo, ¿no era que la pintura ésta era para poder ser lavada?.

No, parece que no.

Por lo que luego de ver la irregular mancha que había quedado, se me ocurrió pensar en dos cosas, la primera, que pintar la pared no es prioridad en éstos tiempos y la segunda, que bien podría parecerse a una nebulosa, a un agujero negro ó … ¿de gusano?. Abro un post-it mental: me acordé de la película “Contacto”, con Jodie Foster, genial su actuación y el papel que Carl Sagan desarrolló para ese personaje, cierro el post-it.

Así que decidí pegar a modo de vía láctea, una galaxia compuesta por planetas y estrellas, y que brilla en la orcuridad. Hace instantes, antes de que los enanos fueran a acostarse a sus camas, nos quedamos un rato mirándola, con la luz apagada, estábamos los tres acostados en mi cama, con los pies apoyados en la pared.

Y ahí reparé en que mi nueva galaxia no tiene ni sol, ni luna.