viernes, 12 de marzo de 2010

El perro del hortelano

Según la Real Academia Española “la culpa” es: la acción u omisión que provoca un sentimiento de responsabilidad por un daño causado.

La culpa, es algo que en general nos hace sentir mal porque también sucede, en general, que nuestra inteligencia emocional no la sabe utilizar en beneficio propio.

Asumiendo que todos los seres humanos vivimos en base a un conjunto de reglas propias, con las que realizamos permanentemente juicios de valor, cada vez que nuestros actos las transgredan, generamos su consecuancia, la culpabilidad.

Entonces, ¿qué vendría a ser la culpa?: una señal.

Días atrás se me prendía una señal luminosa en el tablero del auto e inmediatamente pensé en que eso era un problema!, cuando también podría haber pensado en que lo bueno de esa señal es que me estaba avisando que podía tener un problema potencia con el motor del auto y que mejor me ocupe de llevarlo a que lo revisen para no tener finalmente, un problema real.

Es decir, visto de ese modo la señal en el tablero sería considerada como algo protector y no nuestro enemigo. So, la culpa en sí misma, es algo necesario.

El problema radica en cómo nos autocomunicamos una transgresión a nuestro autosistema y qué hacemos con eso porque, si no podemos capitalizarlo y comprender que nos puede servir para reparar un acto, se transforma en algo disfuncional.

Y la culpa disfuncional es un círculo vicioso que no vive, ni deja vivir.

3 comentarios:

Madame Lulu dijo...

como se aprende en este blog!

Jime dijo...

si?, mierda!, que bueno! y eso que a veces ni yo se que quiero decir cuando escribo un post!

Maga h dijo...

Sirve. Me lo aprendo ya.