Nicolás descubrió uno de mis talones de Aquiles, cuando sabe que “se ha” o “se está por” mandar una cagada, me mira con ojos tiernos y me dice “mamá, te quiero mucho”. El muy enano ya hace uso y abuso de la milenaria técnica de “manipulación materna”. Y la hermana, que copia todo, repite el modelo.
Lo que me lleva a reflexionar que somos animales manipuladores desde nuestra más pequeña infancia. Tanto para conseguir saciar nuestras necesidades básicas como para las otras, que de básico tienen poco, de elemental menos y de indispensable nada.
Puede observarse a través de cualquier vía de expresión, consciente o inconscientemente allí está, presente, como parte integral del juego, como la pelota de futbol, ¿qué sería del futbol sin la pelota?, nada.
Hay 11 jugadores titulares y otro tanto en el banco, hay técnicos, subtécnicos, masajistas, kinesiólogos, fisioterapeutas, deportólogos, medios de comunicación, estadios e hinchas de futbol, todos ellos dependiendo de una pelota, de una pelota (!!), ¿ entendés lo que quiero decir?.
Por eso el dueño de la pelota se toma la libertad de sentenciar: ok, jugamos, pero yo elijo la posición en la que quiero estar.
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1 comentario:
No no no.
Teoría inválida.
Yo rengo la correcta: son hijos tuyos!!!
Juassss
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